Contra viento y marea
Poca duda cabe ya de que el año 2020 ha sido atípico y nos ha proporcionado múltiples y nuevos desafíos en todos los ámbitos, tanto personal como profesional. Como no podía ser de otro modo, la campaña de campo con los halcones de Eleonor de Canarias se vio también resentida por dificultades tanto económicas como administrativas. Con todo en contra, lo fácil y, probablemente lo más sensato, hubiera sido abandonar, pero esa no es una opción para nuestro equipo.
Mucho más tarde que de costumbre, logramos finalmente acceder a los islotes a principios de septiembre. Para entonces, la reproducción de los halcones estaba muy avanzada y eso supuso una gran pérdida de información, como el número de parejas que, pese a iniciar la reproducción, fracasa de forma temprana, o el tamaño de puesta. Cada año, dedicamos un gran esfuerzo en los meses de julio y agosto para localizar los nidos activos y, especialmente, para identificar a los adultos reproductores. Obviamente, esta tarea tampoco pudo completarse como nos hubiera gustado y varios ejemplares, pese a estar anillados, no pudieron ser identificados. Toda esta información resulta esencial en los estudios a largo plazo que, como el nuestro, pretenden examinar variaciones entre años en parámetros básicos que determinan la dinámica de la población.
La información generada anualmente mediante el seguimiento de la población y los datos de movimiento proporcionados por los GPS-dataloggers es la base del presente proyecto de investigación y de todos los estudios que se llevan a cabo con esta población. A lo largo de los años, este proyecto ha permitido la creación de una gran red de colaboración internacional, que nos está permitiendo dar respuesta a cuestiones de gran relevancia, tales como el papel de la variación de las condiciones climáticas en las probabilidades de persistencia de la población canaria de halcón de Eleonor, con claras implicaciones para la conservación de la biodiversidad de Canarias. Por ello, interrumpir un año de datos puede tener consecuencias catastróficas desde el punto de vista de la investigación.
Pese a todos los inconvenientes, logramos hacer muchas cosas, eso sí, en tiempo récord y dejándonos la piel, aunque esto último es lo habitual. La campaña de campo se complicó aún más, si cabe, porque no pudimos establecer un campamento base en Alegranza, como llevamos haciendo desde el año 2006, sino que las tareas tuvieron que llevarse a cabo mediante sucesivas visitas a la isla.
Desde el punto de vista de los halcones, sin embargo, el año 2020 no puede considerarse malo. Localizamos un total de 124 nidos activos en Alegranza, 123 de los cuales pudieron ser monitorizados. Los islotes de Montaña Clara y Roque del Este, sin embargo, no pudieron ser prospectados. En 2020, el porcentaje de parejas con éxito fue del 92.68%. Esta cifra, la cual puede considerarse bastante elevada, resulta ligeramente superior a la obtenida en 2019, donde el porcentaje de parejas con éxito fue del 91.82% (N= 110 parejas monitorizadas en 2019). La productividad, calculada como el número de pollos volantones (aproximadamente 35 días de edad), respecto al número de parejas controladas, fue de 1.83, cifra en este caso inferior a la registrada en 2019, que fue de 1.98 pollos/parejas controladas. Aunque este dato de productividad es elevado, cabe destacar que un número considerable de pollos (N= 37) murieron en el nido o fueron predados por otros halcones vecinos debido a periodos intermitentes y prolongados de falta de alimento que, como sabemos, en esta población están fuertemente determinados por los patrones de vientos alisios.

En el presente año, se han anillado un total de 213 pollos en nido cuando contaban con aproximadamente 25 días de edad. Como es habitual, a cada ejemplar se le colocó una anilla metálica convencional con remite Aranzadi y una anilla plástica de color amarillo y código alfanumérico de dos dígitos, la cual permite la identificación a distancia.

Estos nuevos anillamientos se suman al total de ejemplares anillados desde el inicio del proyecto en el año 2006, el cual asciende a 2364 individuos. Aunque, como decíamos, la identificación de ejemplares anillados en años anteriores no pudo realizarse como nos hubiera gustado, logramos realizar un total de 146 recapturas visuales. Entre estas lecturas, se ha podido comprobar la presencia en Alegranza de un elevado número de ejemplares nacidos en 2019 (N= 26). Estos individuos regresan al archipiélago Chinijo por primera vez después de que iniciaran su primer viaje migratorio de ida y vuelta a Madagascar. Esta información es de especial relevancia para determinar las tasa de supervivencia de esta fracción de la población y sus probabilidad de reclutamiento futuro, con un poco de suerte, como reproductores en la población canaria de la especie.
En 2020 se localizaron un total de nueve ejemplares equipados con dispositivos GPS, cinco de ellos nidificando en la vecina isla de Montaña Clara. La información almacenada en los dispositivos pudo descargarse de manera exitosa en siete de ellos gracias a la estación base situada en Alegranza y a la red de antenas portátiles establecida en ambos islotes.

Lamentablemente, también hay malas noticias. En el mes de septiembre localizamos dos ejemplares muertos en la presa de Alegranza. Uno de ellos estaba anillado con anilla plástica Az[7F], por lo que pudimos comprobar que se trataba de una hembra nacida en Alegranza en 2012 que criaba en esta isla, al menos desde 2017. Dichos ejemplares fueron recogidos por agentes de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote, siguiendo el protocolo establecido de levantamiento y envío para llevar a cabo la necropsia y análisis pertinentes para tratar de determinar la causa de la muerte.


El viento y la marea son dos elementos que están y estarán siempre irremediablemente unidos a los halcones de Eleonor y a los islotes donde nidifican. Este año, soplaban en nuestra contra, pero, con perseverancia y mucho esfuerzo, logramos capear el temporal y llegar a buen puerto.
Against all odds
There is little doubt that the year 2020 has been atypical and has provided us with multiple and new challenges at both personal and professional levels. The field campaign with the Eleonora’s falcons from the Canary Islands was also affected by both economic and administrative difficulties. With everything against, the easy and probably the most sensible thing would have been to quit, but that is not an option for our team.
Much later than usual, we finally managed to access the islets in early September. By then, the reproduction of the falcons was very advanced and this meant a great loss of information, such as the number of pairs that, despite starting reproduction, fail early, or the clutch size. Every year, we make a great effort in July and August to locate active nests and, especially, to identify breeding adults. Obviously, this task could not be completed as we would have liked and several individuals, despite being ringed, could not be identified. All this information is essential in long-term studies that, like ours, seek to examine variations over time in basic parameters that determine population dynamics.
The information generated annually by monitoring the population and the movement data provided by the GPS-dataloggers is the basis of this research project and of all the studies carried out with this population. Over the years, this project has allowed the creation of a large international collaboration network, which is allowing us to respond to highly relevant questions, such as the role of variation in climatic conditions in the probability of persistence of the Canarian population of the Eleonora’s falcon, with clear implications for the conservation of the Canarian biodiversity. Therefore, interrupting a year of data can have catastrophic consequences from the research point of view.
Despite all these inconveniences, we managed to do many things, but in record time. The field campaign was even more complicated, if possible, because we were not able to establish a base camp in Alegranza, as we have been doing since 2006, but rather the tasks had to be carried out through successive visits to the island.

From the falcons’ point of view, however, 2020 cannot be considered as a bad year. We located a total of 124 active nests on Alegranza, 123 of which could be monitored. The islets of Montaña Clara and Roque del Este, however, could not be surveyed. In 2020, the percentage of successful pairs, calculated as the number of pairs that produce at least one fledgling, divided by the number of pairs that start breeding * 100, was 92.68%. This figure, which can be considered quite high, is slightly higher than that obtained in 2019, where the percentage of successful pairs was 91.82% (N = 110 couples monitored in 2019). Productivity, calculated as the number of fledglings (approximately 35 days old), with respect to the number of pairs monitored, was 1.83 (N = 123), a figure in this case lower than that registered in 2019, which was 1.98 (N = 110). Although this productivity data is quite high, it should be noted that a considerable number of chicks (N = 37) died in the nest or were preyed upon by other neighboring falcons due to intermittent and prolonged periods of lack of food that, as we know, are strongly determined by the trade wind patterns.

This year, a total of 213 chicks were ringed in the nest when they were approximately 25 days old. As usual, each individual was ringed with a conventional metal ring with the Aranzadi return address and a yellow plastic ring with a two-digit alphanumeric code, which allows identification at distance. These new ringings are added to the total of individuals ringed since the beginning of the project in 2006, which amounts to 2364 falcons. Although, as we said, the identification of individuals ringed in previous years could not be carried out as we would have liked, we managed to do a total of 146 visual recaptures. Among these readings, it has been possible to verify the presence in Alegranza of a high number of falcons born in 2019 (N = 26). These individuals return to the Chinijo archipelago for the first time after they began their first round-trip migration to Madagascar. This information is of special relevance to determine the survival rates of this fraction of the population and their probability of future recruitment, with a bit of luck, as breeders in the Canarian population of the species.
In 2020, a total of nine specimens equipped with GPS devices were located, five of them nesting on the neighboring island of Montaña Clara. The information stored in the devices could be downloaded successfully in seven of them thanks to the base station located on Alegranza and the network of portable antennas established on both islets.

Unfortunately, there is also bad news. In September we located two dead specimens in the dam. One of them was ringed with Az[7F] plastic ring, so we could verify that it was a female born in Alegranza in 2012 that was breeding on this island, at least since 2017. These individuals were collected by Agentes de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote, following the established survey and dispatch protocol to carry out the necropsy and pertinent analyzes to try to determine the cause of death.


The wind and the sea are two elements that are and will always be irretrievably linked to Eleonora’s falcons and to the islets where they nest. This year, they were blowing against us, but, with perseverance and a lot of effort, we managed to ride out the storm and reach a successful end.
Photo gallery 2020































